Los de abajo, los ciudadanos de segunda, los clase B, respiraron aliviados aunque más no sea momentáneamente. Lo tétrico es que otra cosa no pueden hacer (para eso y por eso son esclavos de los clase A) pero lo macabro reside en que los salvadores SON EL PROBLEMA.
Veamos.
Lo primero es partir de un punto indiscutible y es que la
energía en España es la más cara de la Unión Europea y punto. Por lo tanto,
toda suba de la factura eléctrica aunque pueda ser perfectamente explicada, es
inaceptable (es inaceptable en el mundo desarrollado). Nuestros jerarcas no
solo terminan aceptando de una u otra manera todas las subas sino que calladamente
manotean prácticamente todo el importe de la factura (el de la suba más el anterior).
Iberdrola divulgó ampliamente una información donde se puede
ver nítidamente cual es el manotazo que la dictadura asesta al trabajo de los
clase B. Tomemos una factura de 100 euros. Rajoy manotea 62 euros y quedan solamente
38 euros para solventar lo que es realmente electricidad.
Claramente, el que nos salva es el que nos da el zarpazo
mortal. ¿Puede haber algo más macabro?
Todo está a la vista. Entérese. Solo hay que mirar detenidamente.
Todo está a la vista. Entérese. Solo hay que mirar detenidamente.
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