¿Le parece
exagerado? Pues veamos. Los de la Santa Inquisición, “en nombre de Dios” perseguían
a las brujas denunciadas por algún vecino que las había visto volando en una
escoba y entonces... ¡a la hoguera! En cambio, los cortesanos catalanes (los ciudadanos
clase A), “en nombre de la ciudadanía", persiguen a quien a ellos les
estorba y punto. Pero la cosa no termina ahí. Los jerarcas catalanes, a sus
bien elegidas brujas, les aplican multas que superan el millón de euros y esto
es más putrefacto y nauseabundo que la censura en sí misma aunque sea difícil
de aceptar, sin embargo, la explicación es bastante sencilla de ver y entender.
La función
teórica de una multa es correctora y hasta pedagógica. Una multa de UN MILLÓN
DE EUROS solo puede tener una función recaudadora, muy particularmente cuando
es manipulada por quienes la manipulan y por medio de un mecanismo tan grotesco
como el CAC.
El tema de
las multas es toda una cuestión en sí misma que dejaré para otra ocasión, pero
al menos nótese que por una cuestión ética y moral, lo recaudado por una multa,
no puede quedar a disposición directa ni indirecta de quienes la aplican. La
recaudación de toda y cualquier multa, debe destinarse a fines benéficos como
por ejemplo, a los sin techo, a los desahuciados (machacados por los bancos que
fueron recientemente salvados por la ciudadanía), a los autónomos y PYMEs (a
punto de quebrar por los desmadres de los clase A), etc. En definitiva, a la
ciudadanía, pero de una manera inequívocamente directa.
La censura
es algo que siempre terminó fracasando en todos los tiempos y en todos los
sitios aunque dejando siempre el rastro de un tremendo reguero de sangre. La
censura es la intolerancia de los intolerantes, de los déspotas, de los
poderosos, de los soberbios, de los que no ven más allá de sus narices. Algo
tan nefasto y antiguo como la Inquisición solo puede ser putrefacto. Algo que
so pretexto de protección recauda para los que buscan venganza, solo puede ser
nauseabundo.
Lo único
peor que el CAC son las RRR (Rajoy, Rey, Rubalcaba). Algunas pocas veces se
ponen de acuerdo los tres y llamativamente lo hacen en los únicos casos en los
que no deberían estar de acuerdo. El RRR es infinitamente más poderoso que el
CAC y actúa más solapadamente, pero quien mire con detenimiento, podrá verles el
plumero desde lejos.
Hace no
mucho tiempo, a una de las erres le molestó entrañablemente el reportaje que
Pedro J Ramírez le efectuó a Bárcenas en la cárcel. El diario El Mundo y Pedro
J son sinónimo de los casos Filesa, los Gal, el 11-M, Urdangarín y la Infanta
(entre otros). No puede ser más claro a quienes molestan tanto esos casos. Si a
alguien le quedan dudas, solo debe leer las declaraciones de Pedro J del día 30
de enero (2014) relativas a su salida forzada de la dirección del diario El
Mundo. Pedro J Ramírez puede gustar o no, pero tiene dos características que
nadie discute: está muy bien informado y nunca calla nada.
Si le interesa leer sobre la
cuestión interna de la salida forzada de Pedro J, aquí le dejo el link.
Lo de Pedro J inexorablemente recuerda el caso de Steve Jobs cuando lo echaron de Apple, su empresa, la empresa que él mismo creó. Pedro J fundó el diario El Mundo hace 25 años. Se trata de dos casos tan insólitos que sorprenden y que solo fueron posibles con tremendas presiones y maniobras de temible poder mediante.
Si le dieron una patada en el trasero a Pedro J, ¡imagine lo que pueden hacerle a usted!!!
Apple y El Mundo, Pedro J y Steve. Parecen casos idénticos, sin embargo son opuestos. Uno es ilegal, delictivo, ilicito e inmoral y el otro es normal. El caso de Apple se produjo dentro de las reglas de juego, se trató de una lucha interna. En cambio, el caso del Mundo fue fruto de la coacción ilícita y delictiva desde fuera de la empresa y desde fuera de toda y cualquier regla de juego.
Termino aquí por hoy, recordando que Steve Job, algunos años después regresó a la presidencia de Apple...
Todo está a la vista. Entérese. Solo hay que mirar detenidamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario