¿QÉ ES UNA PUTADA?
Putada es comparar la jubilación de un diputado o diputada con
la de una viuda.
Putada es que un ciudadano tenga que cotizar 35 años para
percibir una jubilación y a los diputados les baste sólo con tres o con seis
según el caso y que los miembros del gobierno para cobrar la pensión máxima
sólo necesiten jurar el cargo.
Putada es que los diputados sean los únicos trabajadores (?) de
este país que están exentos de tributar un tercio de su sueldo del ISR.
Putada es colocar en la administración a miles de asesores
(léase amigotes con sueldo) que ya desearían para sí los técnicos mejor
cualificados.
Putada es el ingente dinero destinado a sostener a los partidos,
aprobados por los mismos políticos que viven de ellos.
Putada es que a un político no se le exija superar una mínima
prueba de capacidad para ejercer su cargo (y no digamos intelectual o
cultural).
Putada es el costo que representa para los ciudadanos, sus
comidas, coches oficiales, chóferes, viajes (siempre en gran clase) y tarjetas
de crédito por doquier.
Putada es que sus señorías tengan casi cinco meses de vacaciones
al año (48 días en Navidad-enero, más 17 en Semana Santa -a pesar de que muchos
de ellos se declaran laicos- más 82 días
en verano).
Putada es que sus señorías, cuando cesan en el cargo, tengan un
colchón del 80% del sueldo durante 18 meses.
Putada es que ex ministros, ex secretarios de estado y altos
cargos de la política, cuando cesan, son los únicos ciudadanos de este país que
pueden legalmente percibir dos salarios del erario público.
Putada es que nos oculten sus privilegios, mientras vuelven a la
sociedad contra quienes de verdad les sirven, hablando de política social y
derechos sociales.
Si tuviera que calificar las líneas que preceden,
diría que en parte son una obra de arte y en parte son una síntesis técnica de
una precisión extraordinaria. Lo único que lamento de estas líneas geniales, es
que no sean mías. Pertenecen a un artista que además es un hombre genial, un
fuera de serie. Es un notable. Es Antonio Gala.
Antonio Gala, que está diciendo lo que dice, es poseedor de
una cultura extraordinaria, de una educación poco común, de una personalidad
única y por lo visto, de una gran experiencia.
Antonio Gala conoce muy bien a los clase A (los ciudadanos de primera) y por lo visto también conoce todas sus trampas y mañas.
No tengo más que agregar.
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